Evangelio
Juan 3:13-17

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él’’.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Nicodemo es uno de los principales fariseos y quería saber más acerca de Jesús. Tenía curiosidad sobre la forma en que interpretaba la Torá. Y entonces Jesús le da imágenes en las que pensar, y esta imagen es realmente poderosa porque  lo que Jesús está tratando de decir, es que El es el Mesías que viene a destruir el mal.

Y cuando las serpientes estaban atacando a los israelitas, le recuerda que Moisés levantó una de las serpientes, es como si el mal quedara expuesto tal como es, y luego dice claramente, vengo al mundo para ser levantado, y mi elevación arriba, mi crucifixión será una fuerza sanadora en vuestra vida, y el mal ya no tendrá la fuerza que tenía antes.

Oración final

Padre, luchamos siempre con nuestras debilidades, con nuestras faltas. A veces pensamos que el mundo ha caído bajo el poder del mal. Pero recordemos siempre que has hecho una promesa. Sí, el mal se manifestará, necesitamos verlo tal como es, pero nunca vencerá. Nunca conquistará el bien y esto debido a la muerte de Jesús en la cruz. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.