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Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Memoria del Martirio de San Juan Bautista

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8-29-24 Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Memoria del Martirio de San Juan Bautista

Evangelio
Marco 6:17-29

En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: "No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano". Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: "Pídeme lo que quieras y yo te lo daré". Y le juró varias veces: "Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino".

Ella fue a preguntarle a su madre: "¿Qué le pido?" Su madre le contestó: "La cabeza de Juan el Bautista". Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: "Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista".

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Hemos pasado mucho tiempo esta semana centrándonos en la hipocresía de los fariseos. Pero ahora tenemos un rey, el rey Herodes, y vemos algo en él que es muy parecido a eso. Está atrapado en una situación en la que teme que el público lo malinterprete y no puede adoptar una postura sobre lo que cree, sino que sólo hace lo que sirve a su ego.

Por eso tenemos que tener cuidado con el ego.

Oración final

Padre, nada nos da más sentido de valor y valor que ser auténticos. Decir lo que creemos. Actuar según lo que creemos. Danos ese tipo de integridad. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.