Evangelio
Mateo 5:33-37

Por aquel entonces, Elías partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él trabajaba con la última. Elías pasó junto a él y le echó encima su manto. Entonces Eliseo abandonó sus bueyes, corrió detrás de Elías y le dijo: “Déjame dar a mis padres el beso de despedida y te seguiré”. Elías le contestó: “Ve y vuelve, porque bien sabes lo que ha hecho el Señor contigo”.

Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los sacrificó, asó la carne en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió a su gente para que se la comieran. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Una vez más, Jesús deja claro que no estamos regulados por reglas y regulaciones. Simplemente estamos regulados por un Espíritu dentro de nosotros. Y el Espíritu es el Espíritu de verdad. Simplemente está diciendo que cada vez que le dices que sí a alguien, haces una promesa. Manténgalo, dígalo en serio y deje en claro que su intención es honesta. No es algo que seguirás porque tengas que hacerlo, sino porque quieres.

Oración final

Padre, la autenticidad que creas para nosotros, a través de tu Espíritu que habita dentro de nosotros, es un gran regalo. Ayúdanos a ser conscientes de ello. Ayúdanos a recurrir a él mientras luchamos con nuestra propia naturaleza humana, para que podamos involucrarnos cada vez más en la naturaleza divina que compartes con nosotros. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.