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Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Memoria de san Antonio de Padua, presbítero y doctor de le Iglesia

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6-13-24 Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Memoria de san Antonio de Padua, presbítero y doc

Evangelio
Mateo 5:20-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos.

Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo.

Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.

Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo”.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Los fariseos se caracterizaban por seguir la letra de la ley, pero sus corazones no estaban donde Dios quería que estuvieran. Lo que este pasaje señala es que estamos llamados a mirar siempre profundamente quiénes somos en relación con quienes nos rodean. ¿Los juzgamos? ¿Los criticamos? ¿Los llamamos estúpidos o tontos?

Puede que no parezca algo tan importante, pero cuando pones atención, lo que revela es que hacemos lo que nos dicen, pero no nos estamos convirtiendo en lo que estamos llamados a ser. Estamos llamados a acercarnos a un altar e invitar a Dios a entrar en nosotros y ser fuente de amor y perdón.

Oración final

Padre, revélanos cómo nos tratamos unos a otros. Haznos más sensibles a nuestros comentarios y críticas, para que seamos conscientes de lo fácil que es caer en la trampa de una especie de rectitud hacia las personas que no son lo que se supone que deben ser. Haznos seres humanos amorosos y perdonadores. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.