Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Miércoles de la XXIV semana del Tiempo ordinario
Evangelio
Lucas 7:31-35
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros:
'Tocamos la flauta y no han bailado,
cantamos canciones tristes y no han llorado'.
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes dijeron: 'Ese está endemoniado'. Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: 'Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores'. Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo reconocen”.
Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer
Jesús aquí está hablando a la multitud y en particular a aquellos en la multitud que son de mente cerrada. No importa lo que se les presente, no importa el argumento que utilices, dirán: no, eso no es cierto. Las cosas no son así. Lo que vemos en este pasaje en particular es que no debemos caer en la trampa de tener la mente cerrada sobre nada.
Necesitamos una sola cosa y eso es sabiduría que tiene otro nombre. El Espíritu Santo, que habita en todo corazón que se abre a ese Don.
Oración final
Padre, tu Espíritu prometido es la clave para que entendamos quiénes somos, por qué estamos aquí y quiénes estamos llamados a ser. Y así bendícenos con el Don de la sabiduría. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.