Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Memoria de San Luis Gonzaga, religioso
Evangelio
Mateo 6:19-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.
Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!”
Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer
Los tesoros de los que habla Jesús son todas aquellas cosas que tenemos. Nos dan una idea de quiénes somos. Nuestra posición, nuestro título o el lugar donde vivimos. Lo que poseemos, lo que conducimos, nuestro trabajo. Y en realidad está diciendo que todas esas cosas no explican ni capturan la plenitud de quién eres. Quién eres es una persona cuyos ojos se abren al amor de un Dios que acepta esto exactamente como somos y nos da la dignidad y el valor que anhelamos simplemente entrando en nosotros y enseñándonos eso todos los días.
La oscuridad es cuando pensamos que tenemos que ser algo para poder ser importantes o valiosos. La luz es que somos todo lo que necesitamos ser.
Oración final
Padre, hay tantas cosas por las que podemos sentirnos ansiosos y preocupados en la vida, pero está claro que Tú nos dices una y otra vez que no estás exento de un profundo cuidado e interés por todo lo que nos sucede, y allí no hay escasez. Todo lo que no está ahí es porque no necesitamos que esté ahí. Todo lo que hay de Dios es lo que necesitamos. Danos esta confianza. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.