Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos

Evangelio
Juan 6:37-40

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que El me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en El, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día’’.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Este pasaje va en contra de todas las formas en que podríamos creer o pensar que la salvación es algo que logramos, que ganamos al hacer algo. Dios ha elegido salvar a todo aquel que se vuelve a El y cree en El. No debemos preocuparnos de si somos lo suficientemente buenos o no. No se trata de rendimiento.

Se trata de una presencia que está conectada con Dios, creyendo en todo lo que El enseña. Pero sobre todo que un día estaremos con El para siempre en el Cielo.

Oración final

Padre celestial, muy a menudo escucho a personas preocupadas por si son lo suficientemente buenas o no para llegar al cielo, si se han ganado tu amor o tu respeto. Pero la verdadera pregunta no es si somos lo suficientemente buenos o no para recibir este lugar de grandeza con Dios, sino si Dios puede o no hacer lo que promete, que puede salvarnos. No importa cuán lejos nos hayamos alejado de El, él es la fuente de salvación. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.

Kyle Cross