Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Memoria de san Bernabé, Apóstol
Evangelio
Mateo 5:13-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos’'.
Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer
Siempre me ha encantado este pasaje porque una de las cosas que queda muy claro es que la sal nunca pierde su sabor. No existe sal rancia sin poder sazonador. Y también la luz, una vez que se enciende aunque sea un cerillo en un universo totalmente oscuro, esa luz no se apaga con la oscuridad. Nos da una imagen del poder del amor que Dios ha que nos ha creado para morar dentro de nosotros, para llevar luz a quienes nos rodean.
Oración final
Padre, tu Espíritu dentro de nosotros es ilimitado en su capacidad para hacer el trabajo que nos llamas a hacer. Danos esa confianza en lo que nos has dado, no en lo que nosotros mismos creemos que necesitamos crear. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, Amén.